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sábado, 17 de diciembre de 2016

Lo tuvimos tan cerca. Parecía tan posible y aun así lo dejamos ir

Lo tuvimos tan cerca. Parecía tan posible y aun así lo dejamos ir.

Llegué a casa después de un largo y tedioso día.

me mirabas como si el hecho de haber tenido que dar tres clases seguidas fuese una tragedia.
Y me abrazabas
y las cosquillas masticaban hasta el último rincón de mi estómago.
Ver pasar los días en esa gran ciudad era como escuchar música debajo del agua.
Aunque no hubiera rascacielos ni taxis que te llevasen a un lugar en el que sentirte vivo -porque estabas donde querías estar y no hacía falta-.
La vida fluía y éramos felices.

Pero sonó el despertador.

Ahora sigo llegando a casa después de un largo y tedioso día.
Me miras;
pero lo que de verdad te parece un drama es el paso de los días, mi cara de tristeza frente al ordenador y esos quise y no pude con los que ahora compartes colchón.
Y en tus brazos ya no crecen flores y mi estómago solo es capaz de sentir los últimos mordiscos de una luz que un día brilló como un girasol.
La vida sigue,
                            nosotros ya no.

Y es por eso que hace tiempo que no tengo nada que decir porque lo tuvimos todo tan cerca. Parecía tan posible y aun así lo dejamos ir...