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sábado, 15 de febrero de 2014

El poema de las posibilidades.

Abre
tal vez sea el cartero
con un ramo de rosas que entregarte
o el amor se disfrace (disfrazadoo)
de cita ocasional: perdón
equivoqué la puerta y la escalera,
no vamos a negar nuestro destino ahora.
Tal vez sea la tarde
con su mejor sonrisa y alguna solución,
la realidad vestida
de cobrador de deudas que son tantas,
o algún recuerdo antiguo
de los que trae la lluvia.
Quizás
no hay nadie ya
después que te decidas.
Pero si acaso abres
y si además es ella,
pero si acaso vences
el peso de esta tarde en soledad en tus piernas
y te la encuentras quieta
mirándote a los ojos en la puerta,
no hay nada que entender,
nada es preciso,
murmúrale que todo está en su sitio,
la puerta, la escalera,
el jarrón con las flores,
la tibieza,
el visillo cerrado en la penumbra.
Ofrécele tu casa...
y su destino.
- Álvaro Salvador, Luis García Montero, Esteban Valdivieso-

jueves, 6 de febrero de 2014

A veces llueve y el corazón se sincroniza con el tiempo.

Esta vez yo no he tenido nada que ver. La culpa la tiene la lluvia, lo juro. Yo solo me dejo llevar.
De repente, vuelve.
Las alcantarillas se ahogan. El frío hace de las suyas, como siempre.
 La calle se viste de lencería  gris.
El sol quiere pero no puede y yo... Yo echo de menos.
Pondría un "te" delante  pero no extraño a nadie en concreto. Echo de menos cosas. Gestos. Pequeñas cosas que me daban la vida.
No quiero perder más. No quiero que esta tormenta se vaya. Me gusta el olor, el dolor, el rencor; las palabras que no diré por miedo. Los solos de guitarra  de Extremoduro que reinan  ahora mismo en mi habitación.
Porque una vez me alcanzó uno de esos rayos que hacen que se te electrifiquen hasta la última de tus células. Uno de esos que son hermosos al caer pero estruendosos al irse, dejándome sin esperanza, vacía y, sin bragas, por supuesto.
Notar como todo me acaricia de nuevo tanto que lo odio. Odio las caricias tanto como antes me encantaban.
¿Por qué recordamos cuando sabemos que nos va a doler?
También nos duele ser felices. Porque sí,  que no os engañen, duele.
Y más si te quitas la venda y te das cuenta de que mañana quizás, hayas perdido eso que tanto te importa y  te da motivos.
Somos tan cobardes en todo que hasta una simple tormenta nos hace cerrar todo por miedo a mojarnos demasiado.
Solo abrimos la ventana cuando todo se ha calmado.

martes, 4 de febrero de 2014

Si soy lo que amo, soy gilipollas.

Si alguna vez tengo una hija, espero poder agarrarle de las muñecas y decirle que no pasé hambre en ninguna guerra, pero me enamoré de ti.
-Irene X -

sábado, 1 de febrero de 2014

Ella.

Es una de esas chicas desastre, que siempre tiene mil cosas por hacer, y en  cambio, ella prefiere escribir; una de esas que podía con todo salvo con ella misma, una que prefiere leer un libro a maquillarse, la que nunca llegaba a tiempo para coger metro, la que lleva ya muchos 14 de febrero esperando que alguien venga y le diga "Tranquila pequeña, yo también tengo miedo", una de esas que no sabía  lo que quería, pero estaba dispuesta a conseguirlo todo; es de esas que oculta sus ojeras bajo maquillaje, de esas cuyas lágrimas son lo único que le esperan cada noche en la almohada. Ella es la que ha enamorado al insomnio en un poema a primera vista; ella es la golfa de la que habla Extremoduro.
- Anónimo -