Cada noche noche oigo al recuerdo deslizarse por la puerta de mi habitación. Oigo como se desnuda y se mete en mi cama, con ese olor tan suyo, tan parecido al de él. Y sin decir nada, me hace el amor.
Mentiría si dijese que no me gusta, me encanta y lo repetiría mil veces en cada latido. El problema viene después, cuando se marcha y me deja aquí, más rota y desnuda que antes, gastada y con apenas fuerza para asumir la derrota y susurrarle una vez más "Llévame...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario